La suplantación de identidad es una realidad cada vez más frecuente en nuestra sociedad. Ya sea en el ámbito civil, penal o laboral, muchas personas descubren que alguien ha actuado en su nombre sin su consentimiento: firmando contratos, abriendo cuentas bancarias, presentando documentos o incluso comprometiendo su responsabilidad jurídica. Ante este tipo de situaciones, la pericia caligráfica se convierte en una herramienta esencial para demostrar la falsedad documental y proteger los derechos de la persona suplantada. En este artículo te contamos cómo.
Si quieres saber más sobre qué es la pericia caligráfica y qué aplicación general tiene en los procesos judiciales, te recomendamos leer también nuestro artículo “La importancia de la pericia caligráfica en la defensa legal”, donde abordamos en profundidad otros supuestos prácticos y los elementos que debe contener un informe pericial bien fundamentado.
¿Qué entendemos por suplantación de identidad?
Desde un punto de vista jurídico, hablamos de suplantación de identidad cuando una persona se hace pasar por otra para realizar actos jurídicos en su nombre sin su consentimiento. Esta conducta puede constituir un delito de falsedad documental, regulado en los artículos 390 y siguientes del Código Penal, especialmente cuando se falsifican firmas o documentos con efectos legales.
Por ejemplo, si alguien utiliza una firma falsificada para vender un vehículo, abrir una línea telefónica o constituir una empresa, se está vulnerando la identidad y la voluntad del titular real. La víctima puede verse envuelta en litigios, deudas o incluso procedimientos penales por actos que nunca realizó.
La cuestión clave para desmontar este tipo de maniobras es probar que la firma o el escrito no fue realizado por la persona a la que se le atribuye, y aquí es donde entra en juego la pericia caligráfica.
El papel del perito calígrafo en casos de suplantación de identidad
El perito calígrafo es el profesional capacitado para determinar si una firma, rúbrica o texto manuscrito corresponde realmente al supuesto autor. Su trabajo no se basa en conjeturas, sino en un análisis técnico comparativo entre documentos dubitados (los sospechosos de haber sido falsificados) y documentos indubitados (cuyo autor se conoce con certeza).
En estos casos, el perito busca responder a una pregunta concreta: ¿es auténtica la firma que aparece en este documento, o ha sido imitada, falsificada o estampada por otro medio?
Para ello, emplea métodos científicos y herramientas especializadas: lupas, microscopios, fuentes de luz oblicua, sistemas de escaneo de alta definición, software de análisis gráfico, etc. También analiza elementos micrográficos como la presión, la fluidez, la continuidad del trazo, la torsión de las letras o la espontaneidad.
Tipos de suplantación detectables mediante pericia caligráfica
Existen diversas formas de falsificación que pueden ser detectadas por un análisis caligráfico, muchas de ellas asociadas a casos de suplantación de identidad. Entre las más comunes se encuentran:
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Falsificación por imitación
Es la modalidad más habitual. El falsificador intenta reproducir la firma del titular mediante copia o práctica previa. Aunque a simple vista la firma pueda parecer idéntica, el análisis caligráfico revela que no hay espontaneidad ni naturalidad en el trazo, y aparecen indicios de copia mecánica.
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Inserción de firmas digitales o escaneadas
Cada vez más frecuente, especialmente en entornos administrativos o bancarios. El análisis caligráfico puede detectar la ausencia de presión, alteraciones en la textura del trazo o indicios de impresión artificial.
Características técnicas clave en la determinación de autoría
Para poder concluir si una escritura pertenece a una persona determinada, el perito analiza una serie de características gráficas únicas, como:
- La forma y proporción de las letras.
- La inclinación y continuidad del trazo.
- La presión ejercida en el papel.
- Las irregularidades o interrupciones espontáneas.
- La velocidad, ritmo y torsión de los movimientos.
- La distribución espacial del texto.
- El tipo de tinta y pigmentos (en algunos casos).
Estas variables permiten construir un perfil gráfico del autor. Dado que la escritura manuscrita responde a automatismos neuromusculares personales, es prácticamente imposible reproducir todos estos elementos sin que aparezcan incoherencias o errores detectables por el experto.
Aplicaciones prácticas: ¿dónde se presenta la suplantación de identidad?
Veamos algunos ejemplos concretos en los que una pericia caligráfica puede ser determinante para demostrar un caso de suplantación de identidad:
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Contratos firmados sin consentimiento
Una persona descubre que ha sido incluida como avalista en un contrato bancario sin haberlo firmado. La entidad presenta un documento con su supuesta firma. Si el análisis caligráfico demuestra que esa firma no es suya, puede quedar eximido de las obligaciones asumidas fraudulentamente por otro.
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Préstamos entre particulares
En procedimientos civiles por préstamos impagados, puede presentarse como prueba un reconocimiento de deuda firmado por el supuesto deudor. Si este alega que no firmó ese documento, la única vía para esclarecer la verdad es mediante la pericia caligráfica.
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Denuncias falsas o querellas fabricadas
En el ámbito penal, se han dado casos donde se presentan escritos o denuncias supuestamente firmadas por la víctima o por terceros, sin que estos los hayan redactado o suscrito. Si se demuestra que las firmas fueron falsificadas, el procedimiento puede volverse contra quien cometió la suplantación, configurando delitos como acusación falsa o falsedad documental.
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Suplantación en el ámbito laboral
En el entorno empresarial, puede producirse la firma de contratos, despidos, cartas de renuncia o acuerdos con firmas falsificadas. El trabajador puede negar haber suscrito el documento y exigir la nulidad del mismo. El perito calígrafo aportará el informe necesario para probar que la rúbrica no le pertenece.
Valor probatorio del informe pericial en juicio
En España, los informes periciales caligráficos tienen valor de prueba pericial según la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC), artículos 335 a 352. El juez valorará su contenido conforme a las reglas de la sana crítica. Pero para que dicho informe tenga peso, debe reunir ciertas garantías:
- Indicar con claridad qué se analiza (firma, rúbrica, texto) y cuáles son las muestras comparativas.
- Describir detalladamente la metodología utilizada.
- Justificar las conclusiones mediante argumentos técnicos, no valoraciones subjetivas.
- Presentar la pericia de forma objetiva, clara y completa, evitando ambigüedades.
Además, las partes pueden impugnar la autenticidad de una firma en un documento privado conforme al artículo 326 de la LEC, obligando a la parte contraria a ratificar el documento impugnado o a solicitar el dictamen de un perito.
En el ámbito penal, el artículo 456 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal permite solicitar pruebas periciales para acreditar hechos relevantes, como la autenticidad de una firma atribuida al acusado o a la víctima.
La importancia de contar con un perito especializado
La calidad de un peritaje depende en gran medida de la formación, experiencia y metodología del profesional. Es fundamental que el perito calígrafo esté debidamente acreditado, sea imparcial, y sepa defender su informe en juicio si es requerido para ello.
Además, en contextos donde lo que se discute es la autoría de una firma como acto de voluntad personal, el informe pericial puede ser determinante para salvar a una persona de asumir obligaciones, deudas o responsabilidades penales que no le corresponden.
En conclusión, la pericia caligráfica en casos de suplantación de identidad no es solo una cuestión técnica; es una garantía jurídica de protección frente al uso indebido de la identidad personal. En un entorno donde la firma manuscrita todavía tiene enorme valor legal, y donde la suplantación puede tener consecuencias devastadoras, contar con un buen perito calígrafo y saber cómo utilizar esta prueba puede marcar la diferencia entre la condena y la absolución.
